14 oct 2012

Así se pierde el futuro

Un futuro incierto, una incertidumbre cada vez más expandida en todo el mundo, unas soluciones demandadas que parecen no llegar nunca... Ese es el día a día de nuestro presente. El presente de una sociedad que tiene el riesgo -si es que aun no ha ocurrido- de caer en la desilusión. 

Daniel Altman, publicaba hace unas semanas un interesante artículo donde repasaba la situación actual y reflexionaba a cerca de todas y cada una de las situaciones y posturas que nos han llevado hasta nuestra realidad.

Rescatemos del artículo de Daniel Altman la siguiente frase: "Debemos enseñar a nuestro hijos a que no busquen la gratificación inmediata, a que trabajen duro aunque los resultados no se vean enseguida y a que empleen todas las herramientas a su alcance para comprender las numerosas complicaciones de un mundo lleno de incertidumbre". 

Vivimos y hemos vivido en una sociedad que lucha contra el tiempo, buscando el aquí y ahora, es decir, obtener resultados en un corto plazo, cuanto más corto mejor. La incertidumbre del futuro, lleva a abandonar los planes a largo plazo y centrarnos solo en nuestro presente, un presente dirigido por el cortoplacismo y que no mira más allá de nosotros y nuestra mirada. Que no va más allá del grado de narcisismo que cada uno posea y que, posteriormente se manifieste en una mayor o menor falta de empatía, un mayor o menor individualismo o un mayor o menor egoísmo. Nos hemos convertido en una sociedad caótica, en la que todo se ha dado la vuelta. Una sociedad que no valora el bien común, solo el individual. Una sociedad que no valora el esperar, solo la inmediatez. Una sociedad que no valora el esfuerzo, solo la recompensa. No nos importan los medios, solo el fin.



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